Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
Lucas 6:27-28
Jesús fue muy claro al dar está enseñanza, dice: a vosotros los que oís.
Por lo tanto está dejando muy claro que estas palabras no las puede oír y vivir cualquiera, sino alguien que ha sido sabio para desarrollar su nivel espiritual.
Las personas viven sufriendo por ser cautivas de las cárceles mentales que ellos mismos se pusieron.
Muchos dicen: cuando mi esposa cambie voy a ser feliz, cuando mi hijo cambie voy a ser feliz, cuando gane tanto dinero voy a ser feliz, cuando me reciba de tal cosa voy a ser feliz y así sucesivamente se van poniendo cárceles mentales por las cuales están sufriendo y desperdiciando sus vidas.
Están mentalizados para que mientras esas cosas no sucedan, sean infelices y por lo tanto vivan amargados, deprimidos y muchos llegan a enfermarse por estos motivos.
El sabio, es el que menos parámetros mentales de felicidad se pone y vive cada día dando lo mejor de sí.
De esa manera ve todo su entorno totalmente diferente y puede mantener la felicidad diariamente.
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Una de las peores cosas que nos puede tocar vivir es cuando tenemos enemigos, porque si no sabemos manejar esas situaciones se pueden volver una gran cárcel de mi felicidad.
Si no controla a su mente, comienza a enjaularse pensando: cuando este preso voy a ser feliz, cuando se enferme voy a ser feliz, cuando se muera voy a ser feliz.
Luego de poner esos pensamientos, si no suceden, se amarga, se enfurece y se puede llegar a enfermar.
Hay muchas personas padeciendo por el odio y la bronca que les proporcionaron esas cárceles mentales.
El que puede amar a su enemigo, vive en plena libertad y alegría.
Los lentes del amor, le evitan ponerse parámetros carceleros y le ayudan a vivir plenamente feliz.
Quítese los parámetros mentales de felicidad y regocíjese, hoy es un día espléndido para vivir feliz.
Pastor Eliseo