09/10/18

Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote.
Marcos 5:34

Buen día amados, Jesús está hablando con una mujer que vivió 18 años encorvada por causa de lo que le hizo Satanás.

Por más que quería tener sanidad, no la pudo conseguir con sus propias fuerzas porque un demonio la tenía cautiva. Pero cuando Jesús apareció en su vida encontró la libertad y fue sana de su azote.

Cuando alguien no puede salir vencedor, es por causa de que existe una fuerza mayor que lo supera, por lo tanto las formas que tiene para salir victorioso son buscando aumentar sus propias fuerzas o aliándose con alguien más poderoso.

Quiero ponerlo a pensar.

¿No le pasa que usted desea hacer algo y no puede?

Quiere orar, meditar en la palabra, dejar las drogas, el emborracharse, el fornicar, el angustiarse, el odiar, el celar, el robar, adelgazar, llevarse bien con su conyugue, con su hijo, ser feliz, no fumar, etc; y no puede.

A ver si lo puedo hacer entender, quiere dejar de fumar ¿y no puede?

Quiere dejar de comer exageradamente ¿y no puede?

Quiere orar ¿y no puede?.

¿Como puede ser que su propio cuerpo no le responde como usted quiere?

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Pongase a pensar, ¿quién está gobernando su cuerpo para que haga lo que no quiere?

Entonces tiene que haber una fuerza mayor, alguien que lo supera, que lo controla de tal manera, que no puede decidir lo que quiere hacer con su cuerpo.

Es suyo, pero no le responde a lo que quiere.

Eso es grave.

O necesita fortalecerse más para vencer al oponente que está dentro de su cuerpo o tiene que pedir el socorro a Jesús para que le libere y su cuerpo vuelva a ser su cuerpo.

Lo que le digo no es juego, usted mismo no puede hacer con su cuerpo, lo que quiere hacer.

Eso es a lo que se refiere Jesús cuando nos habla de que tenemos enemigos, espíritus inmundos, que utilizan nuestros cuerpos con la intención de quitarnos la felicidad y destruirnos.

Solo Jesús nos puede ayudar a vencer, mediante dos alternativas.

O él actuando directamente o ayudándonos a aumentar nuestras propias fuerzas hasta superar al oponente.

Le aseguró que se va a sentir reconfortado cuando su cuerpo sea su cuerpo.

Pastor Eliseo