10/1/2020

Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.
1 Samuel 1:6-7 ❤

Bendecida tarde amados, debemos este año enfocarnos en comprender el mundo espiritual, para entender que a veces el Señor permite ciertas situaciones en nuestras vidas que son dolorosas para que nos elevemos espiritualmente o para que provoquemos que ucurran milagros.

Ana era una mujer estéril en la cual el Señor se quería glorificar, pretendiendo que por medio de la fe, de a luz a Samuel, uno de los mayores profetas de la historia.

Su marido Elcana tenia otra mujer llamada Penina que ya le había dado diez hijos.

Pero Elcana estaba enamorado de Ana y ella estaba entristecida porque no le podía dar hijos.

Penina se burlaba de Ana por ser esteril y esto la irritaba en sobre manera, lo que hacía que se acercara más a Dios y le rogara para que le diera la posibilidad de tener un hijo y si le concedía la petición, se lo iba a entregar como ofrenda en agradecimiento.

Muchas cosas podemos aprender a través de esta historia, pero en particular quiero destacar que el Señor a veces permite que te rodeen personas que te irritan y se burlan de ti, para que te acerques más a él, porque te tiene marcado para glorificarse a través de tu vida.

En Señor utiliza esas situaciones de dolor, de irritación y angustia que te provocan las otras personas, para que en la desesperación de buscarlo pidiendo su socorro, acontezca el milagro.

Pero como a Dios le encantan las personas que no se resignan, para glorificarse aún más con la vida de Ana, permitió que cuando ella oraba desesperadamente, el sacerdote del templo, Elí, se confundiera y pensara que estaba borracha.

Al dolor que le provocaba Penina, que la irritaba, se le sumo la grave equivocación del sacerdote que la reprendió diciéndole mujer ebria.

Pero Ana, en ves de perder el control ante tan equivocada acusación, se humilló ante Eli, le explicó la situación, de que estaba atribulada pidiendo por un hijo y Dios toco la boca del sacerdote para decirle que ya estaba concedida su petición en el cielo.

Lo otro importante que me impacta de esta historia, es como Ana respetó la autoridad de Eli, aún cuando su equivocación fue gravísima.

Dios a veces permite los errores de nuestro líderes para conocer nuestros corazones, y si a pesar de la equivocación permanecemos sumisos, obedientes y fieles, entonces ocurren los milagros, lo que es imposible para el hombre Dios lo concede.

Puede haber personas en tu entorno irritantes, puede acontecer que tu líder se equivoque, aún así, todo esta bajo el control de Jesús, para que lo busques más, crezcas espiritualmente y no desistas de creer en los milagro.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Pastor Eliseo Laguna

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