13/2/2021

el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;
1 Pedro 2:22-23 ❤️

Bendecido día amados, me maravillo de la fe de nuestro Señor Jesús para enfrentar las situaciones adversas.

El no peco y tampoco hubo engaño en su boca y a pesar de tener esa santidad, y estar en la condición de juzgar y condenar, cuando lo maldecían el no maldecía y cuando padecía no amenazaba, sino encomendada la causa al que juzga justamente.

El estaba muy consciente de que la obra que estaba realizando era guiada por el Espíritu Santo y toda mentira, discordia o rivalidad contra él, era directamente contra su Padre, por lo tanto, no le correspondía a él hacer justicia.

Esa es la actitud correcta de un líder que tiene fe, deja que sea el Padre quien lo defienda y haga justicia.

José hizo lo mismo, cuando sus hermanos y otras personas, lo trataron brutalmente y mintieron acerca de su comportamiento, el declaró que no se iba a poner a juzgar en el lugar de Dios, sabía que estaba en la tierra cumpliendo su voluntad.

Pero nosotros, si no tenemos una buena relación con Jesús, todos podemos pecar y tambien se puede hallar engaño en nuestras bocas, y por ese motivo, no podemos saber cuando otros obran de una manera equivocada, cuanto pudo haber sido por una mala influencia nuestra.

A veces el diablo nos puede hacer creer que somos más santos de lo que verdaderamente somos y por tener esa creencia errónea, usamos la justicia equivocadamente, declarando juicios de venganza sobre otros.

El creyente que tiene fe, no toma la justicia por sus propias manos, sino que sabe que la obra que está realizando es guiada por el Espíritu Santo, por lo tanto, si lo injurian, lo persiguen o hablan mal de él, todo lo encomienda al Señor, para que el determine de que manera aplicar la justicia.

El Señor dice: Mía es la venganza, yo pagaré.

A mi me gusta el estilo de Jesús para defenderme, y más sabiendo que yo, no estoy libre de pecado y de que mi boca pueda hablar engaño.

Que sea el Padre quien me defienda de mis adversarios y si el error surgió por un mal comportamiento mío, que me lo haga entender y que me corrija.

Pastor Eliseo Laguna

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