Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
Mateo 13:24-25 ❤️
Bendecida tarde amados, otra forma de comprender la palabra semejante, es diciendo parecido, que funciona de una manera similar.
Solamente meditando en estos dos versículos tenemos unas enseñanzas tan profundas que nos pueden hacer entender el porque los hombres pueden tener éxito en sus vidas o fracasar eternamente.
- El dueño del campo es solamente uno. Dios.
- Que el adversario es un ser creado, que en algún momento traiciono a su creador y sabe muy bien lo que no le agrada para enfurecerlo. Satanás
- Entendemos que el hombre tiene libre albedrío para escoger que semilllas quiere dejar sembrar en el territorio que le fue asignado por el creador.
- Que la vida del hombre depende totalmente de las palabras que permite que entren en su corazón. Es el fruto de una programación.
De nada le sirve conocer los versículos intelectualmente si no le marcan la trayectoria de su vida. - Que el enemigo por el degeneramiento de su traición al creador, solo tiene para sembrar semillas de maldad y con ellas quiere apoderarse del campo.
- El hombre negligente y perezoso no controla si la palabra del Señor le bajo al corazón y le modifico su personalidad.
Si la semilla no entra en la tierra, es lógico que le va a producir sueño, porque no tiene nada para esperar.
No hay palabra de Dios, no hay sueños, no hay objetivos para alcanzar. - Si no se controla que la semilla haya penetrado en la tierra, se corre el riesgo de estar esperando cosechar algo que nunca va a dar sus frutos.
Si no se medita en la palabra, con conocerla no puede esperar los frutos buenos. Y muchos están bajo este engaño, piensan que por conocer el versículo lo van a poder experimentar.
No se puede colocar dos cosas en un mismo espacio, por lo tanto si el enemigo sembró la mala semilla, es porque la buena no había penetrado la tierra. - Lo grave es que sabiendo de quien es el campo, y habiendo visto al dueño sembrando las semillas, por haberse dormido, no vio que el enemigo le sembro la mala, y creyendo servir al verdadero dueño, está sirviendo a su enemigo.
- El enemigo la sembró y se fue. Por lo tanto ante el dueño del campo cada hombre es responsable de la semillas sembradas en su predio y le va a tener que dar cuentas.
- Que el hombre por negligente, se pierde de ser parte de una tierra de frutos benditos, pero el diligente, cuando el dueño venga a comer los que el sembro, le va a dar galardones eternos de acuerdo a la cosecha que le brindo por cuidar su tierra.
Pastor Eliseo Laguna