diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!
Mateo 27:4 ❤️
Bendecido día amados, Judas es el principal ejemplo, de las personas que no supieron entender y valorar a quien tenía a su lado.
El mismo Jesús haciendo referencia a su persona dice en las escrituras: porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Muchísimas personas del antiguo testamento durante sus vidas desearon poder tener un encuentro con el mesías, el enviado de Dios, su propio Hijo y no lo pudieron ver y oír; y Judas Iscariote tuvo el privilegio de estar casi tres años junto a él, e ignoro una manifestación tan grande de la gracia divina.
Y esto ahora sigue ocurriendo en una menor dimensión.
Hay muchas personas que hoy son portadores divinos, elegidos por el Señor para que representen a Jesús en la tierra y sus seguidores están segados, ignoran el privilegio que Dios les permite tener y algún día, por ese grave error, les puede venir un desenlace fatal en sus vidas.
Pero sin elevarnos a una persona que Jesús escogió para pastorear sus ovejas, también podemos percibir estas situaciones en otras escalas.
Un marido o una esposa que no sabe apreciar la presencia del hijo de Dios en su conyugue y lo rechaza o desprecia.
Un Padre que no percibe la presencia de Dios en su hijo o viceversa y su relación es pésima, no valora la bendición que el Señor llevó a su hogar.
Y esto también puede ocurrir con otros familiares, con algunos vecinos, con amigos o compañeros de trabajo, el diablo tapa sus ojos y oídos espirituales y no perciben la atmósfera gloriosa que el Señor preparo para bendecirlos.
La raíz de este gran mal, es la falta sincera de comunión con el Señor, participan de la congregación, pero están muy lejos de llevar una vida acorde a la voluntad de Dios, entonces el diablo aprovecha para que miren las cosas blancas como negras, que lo bueno parezca malo, hasta el momento que el Señor Jesús diga basta, y mande al desagradecido a cometer el error de desechar al que Dios le puso a su lado para ser el instrumento de salvación.
Jesús le dijo a Judas que haga más rápido lo que el diablo había decidido hacer con él, y después que cometió lo que considero el error más grande de las escrituras, el diablo lo soltó nuevamente y al reconocer su equivocación se terminó ahorcando.
No cometamos el error de congregarnos y de no tener la comunión necesaria que exige el reino de Dios, para no cometer el error de Judas, y separarnos de aquel que el Señor eligió para bendecirnos.
Oremos para que se abran nuestros ojos y oídos espirituales y aprendamos a dar el verdadero valor que cada ser humano se merece y mucho más, a aquellos que nos trasmiten la luz del evangelio.
Pastor Eliseo Laguna