Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Santiago 1:19-21 ❤
Bendecido día amados, a veces no podemos evitar escuchar la voz del diablo, pero si podemos eludir actuar de acuerdo a lo que nos dijo.
Jesucristo en el desierto escucho su voz, pero los parámetros mentales puestos por la palabra de su Padre celestial impidió que lo que le dijo el diablo, no lograra encontrar un lugar en su corazón.
El después de ser ministrado por lo que estaba escrito le respondió: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Como dice Santiago, debemos estar prontos para oír, pero debemos ser tardos para hablar, más tardos para airarnos.
No debemos responderle a nadie, antes de evaluar lo que nos dijeron, con la palabra que nos enseño Dios.
Cuando no esperamos ese proceso, las palabras del diablo nos hacen caer en tentaciones y de esa manera los corazones se llenan de odio, de amargura, de tristeza, de ira, de falta de perdón y eso hace que después no podamos escuchar la voz del creador por todos los pecados acumulados.
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Por lo cual debemos desechar toda inmundicia y abundancia de malicia y recibir con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar nuestras almas.
No debes preocuparte si tienes para comer, beber, vestirte, o a dónde vas a vivir, si primero no te enfocas en limpiar tu corazón de la maldad.
La ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Tu prioridad debe ser mantener una buena comunión con Jesús y asegurarte la entrada a su reino eterno, lo demás el Padre celestial te lo dará por añadidura.
Después de las respuestas del Señor, a las tentaciones del diablo, este se tuvo que alejar de Jesús en el desierto y los ángeles vinieron para servirle.
Pastor Eliseo Laguna