El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Proverbios 1:7 ❤
Bendecido día amados, con este virus, que fácil se le esta haciendo a Dios, revelar quienes son los que tienen verdadero temor de su presencia y quienes son unos insensatos.
Pero los hombres no quieren recapacitar, son duros de cerviz, pero los que tiene sensibilidad espiritual, disciernen el estado de las personas ante Dios.
El principio de la sabiduría es el temor de Dios, sin embargo, hoy vemos que los que se dicen ser cristianos, tienen más temor de un virus que del creador.
Tienen temor de congregarse por miedo al contagio, pero son los primeros que cuando el día está agradable salen a pasear por los parques o se van a las playas.
He pasado por ferias y en algunas he visto varias cuadras repletas de personas comprando ensimadas unas de otras sin barbijos, e inclusive llevando a sus hijos.
Los días antes al primero de mayo, las carnicerías estaban desbordadas para comprar y hacerse el asado, y por la cantidad de kilos que llevaban, no era para una familia tradicional.
Pero si se les avisa que la iglesia quiere hacer una reunión, para cumplir con la orden que dio el apóstol Pablo, que nos mando inclusive hasta exhortar a quienes cometan el grave error de dejar de congregarse y justo para los tiempos que estamos viviendo, todos tienen temor de venir por causa del virus.
no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Hebreos 10:25
Hermanos debemos de despertar, porque el día que se acerca, es el del regreso de Jesucristo y si te vio por la feria, en la playa o comiendo un asado con tus amigos y no viniste a la reunión por el virus, seguro te va a preparar un lugar especial en el infierno.
Dios no puede ser burlado, el principio de la sabiduría es el temor del Señor, pero los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Antes de pasar por el supermercado, no te olvides primero de pasar por la iglesia.
Pastor Eliseo Laguna