y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:
Filemón 1:2 ❤️
Bendecida noche amados, hay compañeros dentro del reino de Dios que son muy gratificantes para el espíritu, pero hay algunos que son destacados, porque son los que te ayudan a extender los territorios de conquista.
A veces es un poco frustrante y muy arriesgado participar en una guerra con hermanos miedosos, inexpertos o adormecidos, porque no solo tu te debes proteger, sino que también tienes que estar cuidando que no maten a los que están contigo.
Eso es muy peligroso, porque la situación se complica, te vuelves más propenso a ser derribado, más vulnerable para el enemigo.
Son muy apreciados los hermanos que pueden orar, servir o evangelizar junto a ti, pero son sumamente importantes los que juegan el papel de soldados, los que están velando y atacando constantemente para que el reino se expanda, los que te ayudan a combatir y quitar enemigos del camino.
Esos son compañeros inolvidables, porque son los que te ayudan a recordar los éxitos obtenidos, y te motivan a no estancarte y limitarte, buscando nuevos territorios para conquistar y agradar a tu Señor.
Pídeme y te daré por herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra.
Esta es una promesa tremenda, muy motidora, pero difícilmente se pueda lograr solo, esto necesita un ejército de soldados que estén militando a tu lado.
El mismo Jesús eligió a doce discípulos para establecerlos en la milicia, y después de equiparlos espiritualmente, los envió a atar y desatar principados y potestades, a echar fuera demonios, porque sabía que era la única forma de seguir conquistando nuevas regiones en el cielo.
Jesús mismo dijo: La mies es mucha, pero los obreros son pocos.
Esto quiere decir, que son muchas las almas que hay para salvar, pero que no se van a poder conquistar, hasta que no haya soldados que venzan a los que las tienen cautivas.
Es maravilloso cuando se encuentra un compañero de milicia.
Pastor Eliseo Laguna