SÉ SABIO
Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me agravie.
Proverbios 27:11 ❤️
Bendecido día amados, realmente hoy me maraville con este versículo, realmente es muy vigorizante.
Es evidente que el hombre, como ser creado, depende ciento por ciento de un creador que lo programe, para que el muñequito de barro que recibió de sus padres terrenales, se movilice.
Adan, no fue un ser viviente, hasta que Dios soplo
su aliento de vida dentro de el.
Por lo tanto, se necesita información para actuar y hablar y solo existen dos programadores, el Señor y Satanas, al cual Dios le dio momentáneamente, la posibilidad de actuar como generador del mal.
Dependiendo con cual de los dos el ser humano se relacione, va a recibir su personalidad.
¿Como un hombre se convierte en hijo de Dios y alegrar su corazón?
Se convierte en un hijo de Dios, cuando se arrepiente de sus pecados y recibe el Espíritu Santo.
Le Alegra su corazón, cuando medita en su palabra y permite que su muñequito de barro, sea dirigido por la información que lo programó para actuar y hablar.
Cuando tu meditas en su palabra, permites que Jesús vivia tu vida por tí.
Como dijo el apóstol Pablo:
Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios,
Entontes, cuando se recibe este proceso interno, en donde Jesús gobierna el corazón del hombre, todo aquel que lo agreda o se levante contra él, se está metiendo en problemas directamente con Dios.
Esto fue lo que me impacto esta mañana, el Señor dice: Y tendré que responder al que me agravie.
Jesús, por la meditación de la palabra que realiza el hombre, toma posesión de su cuerpo y se adueña por completo.
Quien entre en disputa con ese hombre, se esta metiendo con el creador.
Se sabio, hijo mío, medita en la palabra día y noche, deja que te programe y alegra mi corazón, entonces, tus adversarios serán los míos.
¿No es impactante, que el Señor Jesús considere tu cuerpo como el de él?
Maravilloso.
Tienes que ponerte a meditar en su palabra, se sabio, y vuélvete intocable.
No seas como el necio, que se le enseña y nunca practica y vive contantemente derrotado.
Pastor Eliseo Laguna