POR CAUSA DE JESÚS
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Mateo 5:11
Bendecido día amados, estas son particularidades ineludibles e inevitables, que tienen que vivir todos los verdaderos hijos de Dios.
Las persecusiones y el martirio, son parte del proceso divino sobre todo creyente para glorificarlo en la tierra.
Todo aquel, que es portador de la personalidad de Jesús, es perseguido por el reino de las tinieblas.
Por causa de Jesús, un discípulo, es perseguido, injuriado y vitupereado. Es común, que se hablen toda clase de mentiras, respecto de su vida, contal de quitarle la credibilidad a sus palabras.
Por causa de Jesús va a ser tenido por loco, por fanatico, por extremista, y en muchos casos, tiene que pasar por la cárcel injustamente, debido a engaños y falsos testigos, esto también es muy común, en los designios del cielo.
Por causa de Jesús, va a ser perseguido por vecinos, amigos, por gobernantes, por sus familiares, por religiosos y creyentes falsos y en muchos casos, aún, por sus propias autoridades espirituales.
Tenemos el caso de José, como fue atormentado por sus propios hermanos, o el de David perseguido a muerte por el rey Saul.
Por causa de Jesús, va a ser perseguido por las mismas personas a las que mas ayudo para que se acercaran a Dios, y también por otros a los que sano y libero, pero terminaron perdiendo la fe, por reincidir en los pecados.
Por causa de Jesús, puede ser totalmente abandonado y traicionado, cuanto mayor sea la presencia del Señor en su vida, mayor es la ira de Satanas por querer destruirlo.
El verdadero hijo de Dios tiene que estar completamente mentalizado, para poder pasar por cualquiera de estas situaciones, y salir victorioso.
La luz que emana de su espíritu, hace que el diablo se enfurezca.
Por causa de Jesús, por obedecerlo y honrarlo en la tierra, es que su Padre celestial te espera en su reino, para premiarte, para otorgarte una corona y que vivas con él, por toda la eternidad.
Por causa de Jesús, vale la pena que estés dispuesto a morir.
Pastor Eliseo Laguna