Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Eclesiastés 3:1-8 ❤
Buenas tardes amados, la escritura nos deja muy claro que todo tiene su tiempo y todo tiene su hora debajo del cielo.
Por lo tanto el Señor nos avisa anticipadamente que nada nos pasa sin que exista un propósito divino.
Todos los seres humanos vamos a pasar por diferentes procesos para ver si logramos ser perfeccionados en la voluntad de Dios, para poder entrar a su reino eterno, de lo contrario serán arrojados al infierno.
Estos versículos nos quieren enseñar que los verdaderos hijos de Dios no cambian su relación con Jesús por las diferentes situaciones que les toca vivir.
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Absolutamente nada debe alterar nuestra intimidad y amor por nuestro Señor Jesucristo.
Los que aprenden a darle gracias a Jesús en todo y mantienen el mismo romance pasando lo que ellos pueden consideran la peor o la mejor experiencia en sus vidas, esos son los que Dios va a recibir en su reino eterno.
Pastor Eliseo Laguna