20/10/2020

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Mateo 5:14 ❤️

Bendecido día amados, el cuerpo es solo el reflejo de las fuerzas espirituales que lo gobiernan, eso es lo que le permite hablar, actuar, gesticular y adquirir costumbres.

Por esta causa, el Señor dice: Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

Ahora, te desafío a pensar, imagínate que el muñequito de barro donde habitan los espíritus se pudiera abrir como con un cierre y te lo pudieras sacar, ¿que luminosidad tendrías en tu interior?

Un ser humano lleno de la presencia de Jesús, está en la condición de poder iluminar al mundo entero, pero pocos son los aspirantes a tan glorioso desafío, para querer participar, se necesita una revelación muy grande acerca de que todo lo que podamos lograr en este mundo sin que el Señor sea el centro, es vanidad.

Entonces, ya te sacaste el disfraz de carne, ¿que tan poderosa es tu luz, que tan potente es la intensidad de tu espíritu? ¿cuál es su alcance?

El medidor de intensidad para reconocer la potencia lumínica son las almas que tienes bajo tu liderazgo.

¿Cuantas personas son las que te pueden agradecer por que les ayudaste a ver sus oscuridades?

Definitivamente, un verdadero cristiano, debería tener una cierta luminosidad para alumbrar a otros, y si la tienes, seguro Dios no te va a permitir que la escondas.

Por lo tanto, la potencia que tengas de luz, es lo que va a permitir el uso que te pueda dar el Señor,

No podemos dejarnos engañar, el objetivo principal de la venida de Jesucristo es para iluminar, el vino para evangelizar, y si no estás siendo utilizado en un puesto de iluminación, es porque te falta potencia para ser productivo.

No hay nada que fortalezca mas la unidad de Padre e hijo, como el ser utilizado para iluminar a otros, porque eso permite que el Señor pueda glorificarse alumbrando al mundo entero.

Ya puedes volver a ponerte el disfraz y cerrar su cierre.

Pastor Eliseo Laguna

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