La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas.
Lucas 11:34-35 ❤
Buenos días amados, el ojo revela la luminosidad interna del cuerpo, a través de él, se descubre lo que tenemos en el corazón.
Es sumamente importante que no mires solamente, sino que en forma simultanea, debes analizar que pensamientos te vienen a tu cabeza mientras estás mirando.
Entonces vas a poder verificar, comparando con la palabra, si su ojo es bueno o es maligno.
Y tristemente voy a poner un ejemplo de cosas que pasan en la iglesia. Si ves a una supuesta hermanita con una calza super apretada (como las que usan las mundanas) cuando la miras ¿qué pensamientos te vienen? Le vas a decir a la hermanita, que está permitiendo que los hombres de la iglesia sean tentados y que ella está cometiendo pecado.
O al mirarla pensas: Que bien que le quedan esas calzas, la verdad que está muy buena la hermanita.
Entonces es muy fácil darte cuenta si tu ojo es bueno o malo, porque va a estar iluminando lo que está en tu corazón.
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Pero si pensaste de la segunda forma, la luz es mala y tu corazón está en tinieblas.
Por lo tanto, de esa manera, a través del ojo, puedes descubrir que pensamientos y que corazón tienes.
El ojo revela si tu interior es luminoso o está en tinieblas.
Otro ejemplo: Si ves a una persona que se le cayeron mil dólares. ¿Cómo te hace pensar tu ojo para actuar?
Le vas a decir: Tienes que tener cuidado, que se te cayó el dinero.
¿O piensas?, Que no se de cuenta y que se retire rápido, porque te quieres quedar con los dólares.
Y de la misma manera tienes que analizar como estás pensando ante todo lo que miras, entonces comparando tus pensamientos con la plabra de Dios, puedes saber si tu ojo es luminoso o está en tinieblas.
Pastor Eliseo Laguna