Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad,Y guíame en el camino eterno.
Salmos 139:23-24 ❤️
Bendecido día amados, el rey David era un hombre con unas cualidades espirituales extraordinarias.
Pero una de las más destacadas, era la de tener sabiduría y valentía para pedirle a Dios que lo ayude a verificar que era lo que tenia en su corazón.
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
David tenía presente la capacidad que tiene el diablo para confundir a las personas y hacerles creer, que son una cosa, pero en definitiva son todo lo contrario.
Nicodemo creía que era un rabí, un gran líder religioso, pero Jesús, cuando se encontró con él, le demostró que ni siquiera conocía lo más básico para seguirlo.
David no dejaba al azar su corazón, pensando creo que soy esto o aquello, el no jugaba con algo tan delicado como la salvación de su alma, el necesitaba la certificación de Dios, para estar seguro que caminaba al destino eterno correcto.
Examíname o Dios, has lo que tengas que hacer, llévame a situaciones extremas en mi vida, para verificar que delante de ellas estoy bien programado, para actuar en favor de tu voluntad.
Quiero enterarme a tiempo de la fidelidad que te tengo, para darme cuenta que si no estoy en lo correcto, arrepentirme ahora que tengo tiempo de cambiar y no morir siendo tu enemigo y perderme para siempre.
Pruébame y conoce mis pensamientos.
Chequéame, investiga que tengo en el corazón y si algo esta en contra de tu voluntad, déjamelo saber, para cambiar y seguir por el camino eterno correcto.
Por este motivo, les dije que David era sabio y valiente, no cualquiera entiende la importancia de la salvación y tiene el temor y temblor suficiente, para hoy, soportar las correcciones de Dios, para continuar el camino al cielo.
Pastor Eliseo Laguna