21/10/2020

sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.
1 Tesalonicenses 2:4 ❤️

Bendecido día amados, les aseguro que si en la vida de las personas que fueron llamadas a tener un cargo ministerial o a predicar el evangelio, no se ve la gracia de Dios, es porque son corruptos espirituales.

A mi siempre me gusto Jesús porque predicaba como para que no lo siguieran, pero no podían dudar que la presencia de Dios estaba con él, y era justamente por eso que Dios lo respaldaba.

El decía: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

Y decía también: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.

Les aseguro que el evangelio que predicaba Jesús no era para agradar el corazón de ningún hombre, y es por esta causa que sus palabras eran medicina para los sabios y provocaban el arrepentimiento para la salvación.

Pero hoy tenemos un montón de personas que fueron llamadas a predicar el evangelio totalmente carnalizadas, y lo único que buscan con sus palabras es endulzar los oídos, para convertir las congregaciones que lideran en cementerios espirituales.

Vemos líderes degenerados que aceptan los pecados y a otros que los deberían reprender, confabulandose con ellos, apoyando sus errores a escondidas de sus autoridades.

Entonces esto provoca el deterioro de las congregaciones, porque saben que no están en la condición de exhortar a otros, por miedo a que se les revelen los miembros y descubran publicamente las faltas que están cometiendo.

Por lo tanto, permiten en el ministerio a miembros que fornícan, que se roban las obligaciones económicas, que sirven a Dios sin oración, que vienen a las reuniones cuando quieren, sin saber y entender el severo castigo que les espera de parte del Padre celestial, que tuvo que permitir que se derramara la sangre de su hijo para que se predique la verdad.

En la forma que cada uno tiene de trasmitir el evangelio su corazón es probado por el Señor, pero los ignorantes prefieren estar bien con los hombres y deteriorar el poder de la salvación.

Dios guarde a los que temen de Dios y a nosotros, de predicar otro evangelio diferente al que le hemos anunciado.

Pastor Eliseo Laguna

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