Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16 ❤
Bendecida tarde amados, me gustaría que por un momento pensaran, en que exigencias ustedes le pondrían a las personas por las cuales entregaron a un hijo unigénito en sacrificio, para sacarlas de un tormento eterno.
Supongamos que eres santo (y aunque muchos no viven de esa manera, tienen muy claro lo que significa ser santo) y el creador de la humanidad.
Has de cuenta que eres Dios.
Y sabes que las criaturas a las cuales les diste vida y las amas, quedaron cautivas por un enemigo que las tortura permanentemente y su intención es destruirlas y la forma de liberarlas es entregando a tu único hijo a un castigo brutal, y él, accedió a soportar por tu felicidad.
¿Que harías tú con esas personas a las cuales le ofreces nuevamente la libertad y tu amor, si después que tomaste esa invalorable decisión, te ignoran y prefieren continuar viviendo esclavizadas?
Me gustaría que por un momento te sintieras Dios y pienses en que tu propia creación te rechaza y otros están a tu lado solo por interés.
Verdaderamente ¿cómo te sentirías?
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¿Quién teniendo está revelación, seguiría poniendo a Jesús en segundo lugar, si es a él, a quien se le debe la vida?
¿Quién seguiría drogándose, emborrachándose, robando, mintiendo, fornicando, celando, prostituyéndose, abortando, murmurando, etc?
¿Quién dejaría de seguir aprendiendo de su amor, faltaría a su casa cuando recibió su invitación, le robaría en las obligaciones económicas para que su reino continúe, dejaría de dialogar, de cantarle, de agradecerle?
¿Quien podría comportarse de esas maneras tan despectivas ante tanto amor?
Es mi anhelo, que estés valorando este sacrifico que Jesucristo hizo por tí y lo compartas con otros que aún siguen esclavizados, para que también encuentren la libertad y puedan vivir con amor y con paz.
Pastor Eliseo Laguna