Por tres cosas se alborota la tierra, Y la cuarta ella no puede sufrir: Por el siervo cuando reina; Por el necio cuando se sacia de pan; Por la mujer odiada cuando se casa; Y por la sierva cuando hereda a su señora.
Proverbios 30:21-23 ❤
Bendecida noche amados, el hombre es tripartito, espítitu, alma y cuerpo.
El espíritu no puede ser tocado por el diablo, pero puede llegar a ser influenciarlo de forma negativa, si el enemigo logra capta la atención del alma.
Ya aprendimos que Adán representa al espíritu y Eva representa al alma.
La serpiente atacó al alma (Eva) y pudo matar al espíritu (Adán) le hizo perder su relación con Dios eternamente. El Señor le había dicho claramente a Adán, que si comía del árbol de la ciencia del bien y del mal ciertamente iba a morir.
Después tenemos el cuerpo del hombre que fue formado del polvo de la tierra y luego del pecado de Adán, cuando el Señor decretó la maldición sobre la serpiente, le autorizó a comer de ese polvo todos los días de su vida. Y es en ese lugar del cuerpo humano donde los demonios pueden habitar.
Por esta causa, es gravísimo que un cristiano este engañado por el diablo, para que crea que una vez que se convirtió en hijo de Dios, ya no puede estar endemoniado.
Entonces, hay tres cosas que dice el proverbio, que hacen que los demonios que habitan en el polvo de la tierra (cuerpos de los humanos) gobernada por el diablo, se alteren.
- Por el siervo cuando reina;
El espíritu esclavizado por el diablo, que había logrado separarlo del Señor, nuevamente resucita por medio de la palabra, símbolo de nuestro Señor Jesús y a través del arrepentimiento sincero, el Espíritu Santo viene a morar a la vida de los hombres.
Entonces el siervo (espíritu) comienza a reinar, logra tener la supremacía sobre el diablo.
- Por el necio cuando se sacia de pan;
Esto hace referencia a que Adán (el espíritu) cuando perdió la relación con Dios por causa del pecado, se convirtió en un necio.
Pero ahora el Señor le da la posibilidad a nuestro espíritu de salir de esa necedad y nos permite que recibamos el Espíritu Santo para que podamos reinar, que a partir de ese momento podamos escuchar la palabra del creador y con ella vencer todas las obras del diablo y también la influencia de los demonios que habitaban en nuestro cuerpo, la parte que tenemos terrenal.
- Por la mujer odiada cuando se casa.
Esa mujer odiada es nuestra alma separada del Señor, que por culpa de Eva ( el alma) hace también que la rechace.
Pero ahora por medio del sacrificio de Jesucristo es rescatada para convertirse en su esposa y es liberada de la esclavitud del diablo.
Por estas tres cosas se alborota la tierra, es por estas tres condiciones espirituales, que hacen que los demonios que están alojados en nuestro cuerpo se descontrolen, porque van a tener que salir y nuestra tierra va a recibir la paz, va a vivir nuevamente con la calma que tenía en el Edén antes de la desobediencia.
Bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Pero dice también el proverbio: Y la cuarta no puede sufrir.
Esto es lo que no nos debe pasar.
- Y por la sierva cuando hereda a su señora.
Esto es fatal, es el efecto contrario a todas las demás, esta es la situación que pone en calma a los demonios para que habiten tranquilos en los cuerpos.
Es a lo que hace referencia el viejo proverbio;
El perro vuelve a su vómito y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Esto ocurre cuando le sucede al espíritu y alma, lo mismo que le paso a Adán que se convirtió en el primer perro y a Eva, la primera puerca.
El alma (Eva) escucha otra ves la voz de la serpiente, e influye nuevamente al espíritu (Adán) y pierden la relación con Dios, entonces los demonios nuevamente se meten en los cuerpos.
El espíritu muerto por la desobediencia, permite que el alma, tome de nuevo el control del hombre y ahora bajo el gobierno del diablo, tenga supremacía sobre la señora, que representa a la iglesia, simbolismo de la vida espiritual, ella queda esclavizada.
La cuarta es la que ninguno debe sufrir en su ser, porque si eso le sucede, pierde la salvación, el diablo con sus demonios le va a gobernar el cuerpo.
Pastor Eliseo Laguna