27/11/2019

Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío!
2 Samuel 19:4 ❤

Bendecida noche amados, ¿quien puede entender el amor de un padre por su hijo espiritual?

¿Cuánto clamores, y llantos tuvo que hacer para poder engendrarlo?

Sin embargo, muchas veces el propio hijo, no tienen muy claro el sentir del padre por él.

Absalón llego a traicionar gravemente a su padre David, de tal manera que no solo le quiso quitar el reinado y se acostó con sus concubinas, sino que también salió en busca de su vida para matarlo.

Sin embargo cuando fracasó y terminó muerto en la cacería de su padre, le provocó al rey David uno de los sufrimientos más grandes de su vida.

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A pesar de todo lo que le hizo su hijo, el clamaba por el dolor que le causo su pérdida.

Que tristeza que muchos que sus pastores los engendraron a través del sufrimiento, no sepan valorar el amor que les brindaron y de repente se les den vuelta y los terminen traicionando.

Solo el que realmente educa a sus seguidores como a hijos, sabe del tremendo dolor que está triste situación le provoca, que un hijo le de la espalda, lo abandone o áun mucho peor, que intente quitarle su liderazgo y matarlo.

Dios permita que aquel, a quien el Señor utilizó a su líder como a un padre y lo educó como a un hijo, sepa valorar tan tremenda bendición y de corazón ame a su pastor.

Pastor Eliseo Laguna

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