y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Mateo 18:3 ❤
Bendecido día amados, hoy el mensaje es un alerta roja para que volvamos a ser niños.
Pero no haga como Nicodemo, un hombre adulto, que cuando Jesús le dijo que tenía que volver a nacer, le pregunto: ¿Cómo un hombre siendo viejo puede entrar nuevamente en el vientre de su madre?
Pero Jesús, le estaba hablando de la resurrección de su espíritu, tenía que conectarse nuevamente con Dios.
Ahora el Señor en este versículo nos está diciendo que si no volvemos a tener un corazón como cuando eramos niños, no entraremos (entiendan la gravedad) al reino de los cielos.
Y me puse a meditar en algunas cualidades magistrales que tienen los niños.
Confían completamente en sus padres, son muy inocentes. No se apartan de ellos aunque sus padres los corrijan justamente o equivocadamente.
Todo lo que necesitan se lo piden también a ellos. Ropa, comida, juguetes, artículos para el colegio. Son totalmente dependientes.
Le creen a sus padres todo lo que ellos les prometen y después no paran de insistir hasta que cumplan sus promesas.
No toman decisiones solos, siempre consultan y esperan las autorizaciones para actuar.
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Saben como hacer para conseguir de sus padres lo que necesitan para ser felices. Cuando quieren algo, no paran de insistir y lloran todo el tiempo que sea necesario, hasta obtener las respuestas de sus petciones.
Aparte, cuando están jugando, con tal de ser parte del entretenimiento y divertirse, no les importa cuál es el papel que les toca desempeñar. No son para nada soberbios.
También, no son rencorozos, no guardan ofensas en sus corazones, cuando tienen un conflicto entre ellos, discuten por un rato, pero cuando hay otra actividad que tienen que participar juntos, se vuelven a unir en seguida y no recuerdan el mal momento que antes pasaron.
Se adaptan a las circuntancias, se pueden divertir tanto con una pelota de trapo, como con la mejor de cuero. El tema es divertirse y disfrutar con los chicos que están a sus lados.
Y tienen otras muy buenas cualidades que debemos volver a adquirir si deseamos vivir la eternidad con el Padre celestial.
Cómo anhela el Señor Jesús que seamos como los ninós.
Pastor Eliseo Laguna