He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:32-33 ❤
Bendecido día amados, Jesús iba a ser abandonado y traicionado por sus discípulos, por causa del temor que les iba a ocasionar ver que su maestro sería capturado, golpeado y llevado para ser asesinado.
De todas maneras, a pesar del momento de tristeza, angustia y dolor que iba a pasar Jesús por causa de lo que su creación iba a hacer con con Él, nunca perdió la verdadera paz interna que gobernaba su corazón.
Esa paz constante e indestructible provenía de su relación con su Padre celestial, sabía que nunca lo dejaría solo.
El vivir cada día haciendo la voluntad de Él, le garantizaba siempre su companía.
¿Porqué las personas viven con aflicciones?
Porque la relación con el Padre celestial es mala. Lo ignoran, lo niegan, lo desobedecen y esas son las puertas que el diablo utiliza en las personas para entrar en sus cuerpos y tenerlos esclavos del dolor, de las enfermedades, y de los sufrimientos.
Cuando tú estás en una buena armonía con el Padre celestial aunque todos te abandonen y te traicionen nunca te vas a sentir solo, ni vas a perder la verdadera paz.
La buena relación con el Padre celestial te garantiza el sustento diario y el triunfo sobre todos los acontecimientos que tengas que vivir.
Jesús por motivo de esa relación afectiva y de obediencia a los mandamientos y a la voluntad de su Padre venció al mundo.
¿En que nos manda Jesús a confiar?
En que si mantenemos la relación con el Padre celestial como Él la tuvo, vamos a tener la plena seguridad de que todo lo que nos pase en este mundo no nos va a afectar y tampoco vamos a perder la paz.
Pide al Padre celestial el pan de cada dia y regocijate, el mundo es vencido por esa íntima relación.
Pastor Eliseo Laguna