Si yo cerrare los cielos, para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
2 Crónicas 7:13-14 ❤️
Bendecido día amados, cada país cosecha lo que siembra, de la misma manera que pasa con cada ser humano.
Tristemrnte, hoy tenemos muchos presidentes que está soportando valerosamente, el desorden espiritual que provocaron gobiernos anteriores a sus mandatos, que aprobaron leyes en contra de los mandamientos del creador y eso tiene a Dios enfurecido.
Las personas que no se interesan en conocer lo que dicen las escrituras, no entienden lo que está aconteciendo en el mundo y menos saben lo que tienen que hacer para detener esta plaga.
Entonces, esperan una solución humana, al gran problema espiritual que tiene los países con Dios, por causa de los pecados cometidos.
Pero quienes conocen las escrituras y por ende, a su creador, saben lo que Dios está esperando de los gobiernos mundiales para que esta plaga se detenga.
Si se HUMILLARE mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y ORAREN, y BUSCAREN mi rostro, y se convirtieren de sus MALOS CAMINOS; entonces yo OIRÉ DESDE LOS CIELOS, y PERDONARÉ SUS PECADOS , y SANARÉ su tierra.
Esta pestilencia que está atacadando a la humanidad, está enviada por Dios, con el único objetivo de que los hombres se arrepientan y vuelvan sus corazones a él y anulen todas las leyes que se aprobaron en los países en contra de su voluntad.
El Señor ama tanto a su creación, que tiene que recurrir a este tipo de castigos, para que reaccionen, se arrepientan y pueda salvarlos.
Ahora, cada país está cosechando el resultado de sus pecados y el que no entienda lo que tiene que hacer ante esta peste, se tendrá que preparar para enfrentar cosas peores.
Dios permita que los hombres cambien sus corazones duros y puedan escuchar su voz.
La liberación de esta peste está en las manos de Jesús, humillemonos ante su presencia y sanará a nuestro hermoso país.
Pastor Eliseo Laguna