En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Efesios 4:22-24 ❤
Bendecido día amados, me dan mucha pena, las personas que no están dispuestas a soportar el tiempo del cambio de mentalidad, para adquirir la nueva personalidad de Jesucristo y vivir en la gloria de Dios.
Siempre les enseño a los miembros, que nosotros solamente somos estuches, creados del polvo de la tierra, donde el Señor puso su aliento de vida y nos dio libre albedrío, para escoger que información le vamos a dar a ese espíritu que está dentro del muñequito de barro, para que se exprese.
Por lo tanto el ser humano no tiene autonomía, es ciento por ciento programable y somos nosotros, con el libre albedrío que tenemos, los que debemos escoger entre la información del bien que nos quiere poner Dios, o la información del mal que nos quiere poner el diablo.
Por causa del pecado de Adan, venimos a este mundo con una información infectada por el diablo, y es por esa causa que el Señor nos manda a despojarnos del viejo hombre, que está viciado por el pecado y nos manda a renovar nuestros pensamientos según la voluntad de Dios.
Y esto es maravilloso, porque no importa cual sea el mal que el diablo haya hecho con nuestras vidas, Jesucristo a través de su nueva información mental, nos promete un cambio radical, hacer de nosotros un nuevo hombre, sin malos registros del pasado.
Les voy a dar un ejemplo.
Has de cuenta que eres un vaso, y tienes el libre albedrío de elegir que líquido vas a poner adentro. Solo que cuando comienzas, tienes adentro líquido negro.
Si decides, a partir de que puedes comenzar a elegir, poner solamente líquido blanco, va a llegar un momento que el líquido negro va a desaparecer por completo y te vas a olvidar que el oscuro, un día estuvo adentro de ti.
Cuando estaba viciado por el diablo, uno de los pecados a los cuales era adicto, fue la fornicación. Era muy adicto.
Mi vaso estaba negro.
Decidí renovar mis pensamientos en Cristo y poner solamente dentro de mi, su voluntad y logre quitar por completo esa adicción de mi vida. ¿Sabes que paso? El día que me case, literalmente sentía que era un hombre virgen, tuve la sensación de como si nunca hubiese tenido relaciones con una mujer.
Y eso es lo que nos ofrece Jesucristo, dejar atrás el viejo hombre y volvernos uno completamente nuevo. No importa con cual pecado sucio te uso el diablo, el te hace completamente limpio.
El vaso tenía líquido negro, cuando comienza a entrar el blanco, tenemos una etapa de matices de grises, pero cuando llega a quedar lleno solamente del liquido blanco, ya de las experiencias de haber tenido el negro, no queda absolutamente nada. Ahora el vaso tiene un liquido totalmente diferente al inicial. No queda registro del viejo.
Eso te ofrece Jesucristo, solo que tienes que ser valiente para soportar el tiempo del cambio, pero después veraz la gloria de Dios.
Pastor Eliseo Laguna