3/2/2020

Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
1 Corintios 13:11 ❤

Bendecido día amados, necesitamos madurar espiritualmente.

Muchas bendiciones están constantemente preparadas por el Padre celestial en nuestro entorno, pero no las podemos identificar por tener una mentalidad inmadura.

Debemos buscar vivir una vida genuina y no camuflada. Constantemente estamos tapando, evitando y escondiendo cosas, por las dudas de lo que pueda pasar y eso impide que la fe se manifieste.

Ejemplo: Una mujer casada, constantemente celando a su marido o a la inversa, y vivien perseguidos de que en algún momento los pueden engañar.

Entonces ese no es un amor genuino, ¿y de que sirve vivir en una falsedad?

Una mujer o un hombre que quiere vivir genuinamente no se preocupa cuando su marido o esposa están rodeados de personas del sexo opuesto, al contrario se alegra porque es la forma de corroborar que el amor que le tiene el cónyuge es verdadero.

De lo contrario pueden vivir toda una vida al lado de alguien que nunca los quiso, y como dice la escritura, todo lo que se vive sin amor no tiene sentido.

También se de la gravedad de que hoy los jóvenes tengan un celular en sus manos, la mayoría de ellos, se estan perdiendo por esta causa.

Pero si yo quiero comprobar que mis hijos aman a Jesús y también a mi, no les debo prohibir que lo tengan en sus manos, necesito que el amor que tengan en sus corazones sea genuino y esa es una buena forma para verificarlo.

La mentalidad de niño es lo que nos hace tener comportamientos incrédulos, abre las puertas a las dudas, confusiones, malos entendidos y por lo tanto no podemos transitar el camino de la fe.

¿Que es ser una persona genuina? Que lo que habla con la boca, sea idéntico a lo que tiene en su corazón y que también se refleje en sus acciones y semblante.

Las personas que buscan vivir de esa manera, son las que verdaderamente puede hallar la felicidad.

Pastor Eliseo Laguna

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