LA SIEMBRA, SIEMPRE TRAE UNA COSECHA
La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón.
Proverbios 19:3 ❤️
Bendecido día amados, la insensatez del hombre tuerce su camino.
Recuerdo cuando iba al colegio, siempre en la clase habían algunos que no se sabía para que se inscribían para estudiar, la mayoría de los días no entraban a tomar las clases, y en los otros, estaban presentes para molestar, ignoraban las enseñanzas de los profesores, se burlaban de ellos, y perturbaban el ambiente.
Pero, después, cuando venían los tiempos de realizar los exámenes, no tenían conocimiento de nada, la insensatez les terminaba haciendo perder el año, pero para justificar sus errores, se irritaba con los maestros, para justificarse antes sus padres.
En las congregaciones de las iglesias, también existen esta clase de miembros complicados como estos alumnos.
Algunos, se congregan cuando quieren, y cuando están presentes en los servicios, son unos insensatos, no toman en cuanta las enseñanzas de sus pastores, los ignoran, se burlan, y muchas veces los cuestionan y murmuran de ellos.
Después, cuando el Señor le muestra al pastor el propósito para llevar adelante el ministerio y los quiere utilizar, no tienen la mínima idea de lo que tienen que hacer para servir a Jesús, y a veces, todavía, obran de una manera opuesta al plan de Dios.
Cuando se revela la insensatez con la que vivieron, le echan la culpa de sus fracasos a sus pastores, los culpan a ellos de ser problemáticos y se terminan irritando con los que Dios escogió para salvarlos.
El caso mas destacado de las escrituras fue el de Judas Iscariote, que le molesto tanto, cuando Jesús reveló su agravio, que se irrito de tal manera con el Señor, que lo entregó a la muerte.
Sus comportamientos insensatos van torciendo sus caminos, y cuando el Señor los descubre, en ves de humillarse y buscar el perdón, se revelan en sus corazones y se irritan contra ellos, sin entender el mal que le provocan al Padre celestial.
La siembra, siempre trae una cosecha, si fue mala, es mejor sacar las raíces malvadas y empezar a sembrar semillas nuevas. Esa la única forma de poder esperar un nuevo fruto.
Si aún tienes la posibilidad de estar al lado de tu pastor, aprovecha la oportunidad para arrepentirte.
Pastor Eliseo