4/3/2021

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
Apocalipsis 3:21 ❤️

Bendecido día amados, las promesas que nos presenta la Biblia, son tan espectaculares, que a veces cuesta creerlas y por lo tanto, no se hacen los esfuerzos necesarios para lograrlas.

En este versículo el ofrecimiento del Hijo de Dios es el siguiente; que cualquiera de los humanos, que durante su paso por el mundo, cumple la voluntad del Padre celestial en su vida y logra vencer al diablo, se va a sentar en el trono, a reinar con Jesús.

El Señor vino a este mundo para enseñar que comportamiento se debe tener para alcanzar el objetivo, que costumbres, gestos, acciones se deben adquirir y que palabras decir para salir victorioso.

A Jesús, no le importa cual es tu situación actual, donde naciste, quienes son tus padres, que intelectualidad tienes, tu situación económica, tu estado físico, nada de eso le es un impedimento, si decides creer en él y le obedeces, el Señor puede sentarte en el trono.

Lo maravilloso es que no se trata de un trono humano, y que es perecedero, lo extaordinario de esto, es que el trono está en el cielo y que no tiene fin.

Es imposible que a alguien que se le revele esta palabra, no haga cualquier esfuerzo por lograr el cambio personal y ajustarse a la voluntad de Dios para alcanzar el objetivo.

El inconveniente que hay para que los seguidores de Jesús no salgan de la miseria espiritual, es la falta de meditacion de lo que dicen las escrituras, y por lo tanto no creen las promesas de Dios.

Pero el trono y la corona ya están preparados, ojala, que hoy, aunque sea uno, lo crea y se prepare para vencer.

Pastor Eliseo Laguna

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