6/11/2020

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Génesis 1:26 ❤️

Bendecido día amados, el Señor nos creo para que fuésemos a su imagen, conforme a su semejanza.

¿Leyó bien? A su imagen y conforme a su semejanza.

No a la imagen y semejanza suya, ni tampoco la mía.

Y este es el gran problema que muchas veces destruye a las familias, las amistades y las relaciones.

Se pretende que las personas sean a nuestra imagen y semejanza, que todos se adapten a lo que nosotros deseamos o sentimos y eso es un gran mal.

Muchos hijos frustrados porque los progenitores los obligaron a hacer o estudiar lo que ellos quisieron, utilizando como estrategia la imposición de la autoridad de padres y en otros casos la manipulación de los sentimientos.

Matrimonios destruidos, porque el marido o la esposa pretenden tener un esclavo de sus necesidades o pretenciones, sin pensar y analizar ni siquiera por un instante, que es lo que al otro le agrada o anhela.

Por lo tanto, cuando uno busca que los demás sean a su imagen y semejanza, estan fomentando todo lo que es contrario a la voluntad de Dios, principalmente el egoísmo.

Cuando nos volvemos a la imagen y semejanza de Dios, todas esas situaciones dramáticas que provocan sufrimientos y pleitos, se revierten, porque una de las principales particularidades de Dios, es el amor y este no busca su propio beneficio, sino que su prioridad está enfocada en satisfacer las necesidades de los otros.

Que insensatos son todos aquellos que obstruyen el camino para que el cónyuge, sus hijos, amigos, etc. busque volverse a la imagen de Dios, conforme a su semejanza.

No entienden, que cuando ellos logren adquirir la naturaleza y personalidad de Jesús, ellos mismos pueden ser los más beneficiados, porque la persona transformada por el Señor, siempre está enfocada en dar a otros lo mejor, aunque eso, le implique no tener ninguna retribución a cambio.

No hay persona mas sabia en este mundo, que aquella que al despertar tiene el único objetivo de volverse a la imagen de Dios, conforme a su semejanza.

Esa es una persona verdaderamente feliz.

Pastor Eliseo Laguna

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