6/12/2019

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
2 Corintios 1:3-4 ❤

Bendecido día amados, tener un llamado de Dios para pastorear o tener un cargo eclesiástico es un gran honor y una gran bendición eterna, pero hay que pagar un alto precio para ser un buen instrumento en las manos del creador.

El hecho de tener responsabilidades en la iglesia, conlleva tener que pasar por un entrenamiento riguroso, para después estar en la condición de ayudar a otros.

De acuerdo al llamado que Dios nos haga, va a permitir que pasemos por diferentes situaciones, para que superadas las pruebas y las tentaciones, seamos luz para los que están en tinieblas.

La misericordia del Señor, está en que no va a permitir que tengamos que pasar por una situación, sin que antes nos equipe con lo necesario para salir vencedores.

Es como en la escuela, colegio o facultad, que los maestros y profesores no ponen una prueba sin que antes le hayan dictado las clases a los alumnos para estar en la condición de aprobar.

Cuando vivimos como verdaderos hijos de Dios, el diablo antes de hacer algo contra nuestras vidas, tiene que pedir la autorización del Señor.

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Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;

Dios, es tan misericordioso, que nunca nos va a permitir pasar por una prueba mayor a lo que podamos soportar.

Después de haber guardado su enseñanza y haber sido obedientes para ponerla en práctica y superar toda tribulación, también nos consuela.

El nos consuela absolutamente de todo, por lo tanto, los que conocemos al Padre celestial, comprendemos que lo que estamos viviendo, es solamente con el fin de darnos una nueva enseñanza, para que aumente nuestra maestría.

Quienes lleguen a un nivel más alto de preparación, son los que van a tener más alumnos para que les enseñen a superar las tribulaciones y después, recibirán mayores galardones en el cielo para disfrutar por toda la eternidad.

Regocíjate, mira tus pruebas y tribulaciones como galardones eternos. Una vez más te digo, regocíjate !!!

Pastor Eliseo Laguna

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