Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
Romanos 8:18 ❤️
Bendecida tarde amados, las convicciones de la intimidad con Dios, nos permiten ver cualquier padecimiento como algo insignificante ante la gloria que nos espera junto al Padre Celestial.
Lo que dice este versículo en el libro de Romanos, lo declaró el apóstol Pablo, uno de los hombres que más padeció por la causa del evangelio.
Sus palabras en referencia al sufrimiento que tuvo que vivir por trasmitir la verdad son las siguiente: En azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces.
De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar;
en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar,
peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;
Este mismo hombre también fue llevado al tercer cielo y dijo:
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.
Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.
Les vuelvo a repetir, el apóstol Pablo es el que nos dice que tiene por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
Y si Jesús personalmente descendió del cielo para llamarlo para que le sirva y le permitió escribir tantas cartas que quedaron documentadas en su libro sagrado, yo le creo todo lo que dice.
Cualquier sufrimiento que tenga que enfrentar por Jesucristo no es comparable con la gloria venidera que me espera.
¿y tu? ¿que piensas?
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Pastor Eliseo Laguna