Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
Juan 6:64 ❤️
Bendecido día amados, hoy les voy a trasmitir una de las enseñanzas más poderosas que me me brindó mi mentor y al comienzo de mi conversión, como nuevo creyente, me fue muy difícil digerir, pero con el tiempo, le encontré la gran sabiduría escondida.
El excremento también sirve como abono.
Esto quiere decir, que los triunfadores, siempre van a tener personas a su lado que les pueden provocar muchos daños, pero que son fundamentales para alcanzar el objetivo principal.
El entender está enseñanza, es una gracia divina, porque el común denominador de las personas, cuando tienen a alguien al lado que no les agrada, se la quieren sacar de encima.
Impulsados por la falta de sabiduría, toman la decisión apresurada, sin pensar, de lo importante que es tener a esa persona al lado para alcanzar el principal objetivo.
Después, cuando ya no está más, y empiezan los problemas por su falta, algunos entienden el gravísimo error que cometieron y lo importante que era para poder seguir avanzando.
En los negocios, los empresarios, siempre evalúan los costo con los beneficios que pueden lograr para continuar con los emprendimientos.
Pero ese sistema, también funciona en la vida, hay que cotejar el precio que hay que pagar para alcanzar los mejores resultados.
A veces hay que continuar con personas a tu lado que ya no las quieres ni ver, pero que son muy importantes y necesarias para llegar a la meta.
Tenemos al Rey David, que su principal general de su ejército Joab, le causo muchísimos daños, pero fue la pieza principal para ganar las batallas y mantener su reinado.
Y tenemos a nuestro Señor Jesucristo, que desde el momento que llamo a Judas para que lo acompañe en su ministerio, sabia que era el que lo habría de traicionar, pero sin embargo, fue la pieza principal para que hoy este reinando a la diestra de su Padre en el universo
También, no todas las personas que estan a nuestro lado y parecen causarnos situaciones conflictivas, son como excremento, a veces somos nosotros mismos, que por no tener la oración suficiente y el conocimiento necesario de la palabra, dejamos que lo bueno se vea como algo malo.
En la llanuran cualquiera pueda andar, pero pocos, son los que se atreven a subir a la montaña.
Pastor Eliseo Laguna