El Seol y el Abadón están delante de Jehová; ¡Cuánto más los corazones de los hombres!
Proverbios 15:11 ❤️
Bendecido día amados, tanto el Seol como el Abadón son dos lugares de castigo para los malos, en donde van a estar ahí hasta el día que les llegue el juicio de Dios y después serán arrojados eternamente al Lago de fuego.
Para entender un poco mejor que significan estas dos cárceles espirituales, el Seol hace referencia al infierno, un lugar en el centro de la tierra gobernado por el fuego y el Abadón al abismo, un sitio ubicado en las profundidades del mar, donde el Señor tiene guardado espíritus extremadamente malignos preparados para ser liberados en el tiempo del fin, por ese motivo, era que los mismos demonios le rogaban a Jesús que no los mande a ese lugar.
En definitiva, el Seol y el Abadón son como dos basureros para los espíritus humanos malvados, esperando el juicio final para después ser lanzados al Lago de fuego, este otro lugar vendría a ser como el vertedero de toda la basura, ahí van a terminar el diablo, los ángeles rebeldes, el anticristo, el falso profeta y todos los pecadores que rechazaron al Hijo de Dios, ahí van a pasar la eternidad.
Si estos dos lugares tan tremendos que Dios los tuvo que crear por causa de que es justo y va a tomar medidas con los espíritus malignos de los ángeles y de los humanos, están delante de él, ¿no sabrá también quienes son los que van a ir a parar a esos sitios?
Claro que sí, ya el Señor sabía que era necesario preparar esos lugares como castigo eterno, porque conoce el corazón de todos los hombres y sabe que muchos no se merecen pasar la eternidad junto a él en su reino.
Dios ya sabe quienes son los candidatos a ser lanzados a esos lugares, conoce todos los corazones.
Los que no sabemos nuestro destino final somos nosotros, y por lo tanto, cada día, deberíamos tener como objetivo principal, mantener una excelente relación con el creador para evitar terminar en esos lugares.
Jesús por amor a nosotros, sufrió muchísimo y fue entregado a la muerte para evitarnos ir a esos sitios tenebrozos, pero a pesar de su manifestación de amor para salvarnos, muchos prefieren el pecado y lo rechazan.
Tristemente los espíritus rebeldes de los hombres que se resisten a obedecer a su Dios, se pierden mediante una gran expresión de amor.
Es tiempo de poner una pausa y meditar, ya estamos viviendo el tiempo apocalíptico ¿hacia donde se dirigen nuestra vida?
Esa debe ser la pregunta que nos debemos hacer para saber a dónde vamos a pasar la eternidad, el juicio final está muy cerca y solo hay dos lugares para elegir, el Cielo o el Lago de fuego.
Pastor Eliseo Laguna