el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
Colosenses 1:13 ❤️
Bendecido día amados, es evidente que el reino de Dios es totalmente opuesto a las postestades de las tinieblas.
No tienen ningún punto de comparación, es como una lámpara quemada y otra encendida, o como la noche y el día. Son completamente diferentes.
Por lo tanto, cuando el Señor realiza el traslado de un alma y un espíritu de un reino al otro, los cambios en el hombre son radicales.
No hay punto de comparación entre la vida que llevaba antes de conocer a Jesucristo con la que lleva después de ser trasladado, los cambios son completamente notorios, su transformación no admite confusioes.
Por eso, es muy fácil discernir si el cambio es verídico o es una hipocresía.
Uno distingue fácilmente entre una lámpara quedama y otra encendida, o entre el día y la noche.
Y podemos apreciar este cambio radical en varias personas de la escrituras, para confirmar la oposición entre el reino de Dios y las potestades de las tinieblas.
Mientras Saulo de Tarso andaba en la oscuridad, perseguía a los cristianos para matarlos, pero cuando le llego la luz del evangelio entregaba su vida para salvarlos.
El publicano Zaqueo explotaba a los pobres del pueblo con las recaudaciones de dinero, pero una vez que Jesús entró en su corazón les entrego la mitad de su fortuna.
Lucas el médico, antes de conocer a Jesucristo visitaba a sus pacientes con un botiquín para curarlos, pero recibido el evangelio visitaba a los enfermos para liberarlos de los demonios.
Les repito, no hay punto de comparación, la vida de un verdadero creyente se vuelve totalmente contraria a la que tenía antes de conocer a Jesucristo.
Solo un ciego, no puede discernir, si las personas que lo rodean son falsos o verdaderos creyentes.
Por sus frutos los conoceréis.
Pastor Eliseo Laguna