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Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Esto es sumamente interesante y grave al mismo tiempo.
Nos está hablando de Nicodemo, un hombre catalogado como un principal en la enseñanza de la palabra, que no entendía ni siquiera lo más básico.
A cuantas almas estaría llevando al infierno, creyendo él, que las estaba guiando al cielo. Es sumamente grave, no sabía ni siquiera lo principal, la base de lo que enseñaba, que para seguir a Dios se necesitaba nacer de nuevo.
A ese extremo de gravedad llega el engaño que Satanás puede provocar sobre los seres humanos, haciéndoles creer que saben mucho, como para considerarse un principal, no saben absolutamente nada.
Esto es normal en el reino del diablo, muchísimos estudiosos engañados con títulos en sus paredes, pero que si se encontraran con Jesús, les mostraría espiritualmente, que están lejos de conocer lo básico de su profesión.
El diablo los confunde, porque en la carne aparentemente funciona, pero espiritualmente es su mayor deterioro.
Muchos médicos estudiando por años para conseguir un título para sanar la carne, sin saber, que las enfermedades son el fruto de los pecados. Jesús no tenía ni siquiera un botiquín, el solo hacía que la gente se arrepintiera de sus pecados, luego reprendía a los demonios y sanaba sus cuerpos de todas sus enfermedades y dolencias.
Que gran engaño el que hace el diablo con los médicos.
El médico Lucas, cuando conoció a Jesús, se maravilló de la forma que tenía de sanar a los enfermos, y abandono todo para seguirlo porque se dio cuenta que había sido engañado por Satanás.
Otra gran obra hace el diablo a través de los abogados y jueces, juzgando según criterios humanos, sin conocer los poderes que se mueven espirituales en el entorno de las personas.
Por eso el Rey Salomón fue muy inteligente al pedirle a Dios sabiduría para juzgar al pueblo de Israel. ¿Quién puede decretar un justo juicio, cuando no conoce la obra de Dios, Satanás, los ángeles y demonios?
Dios permita, que algún profesional lea, entienda esto y busque a Jesús para que le enseñe el fundamento de lo que cree saber, porque el diablo, lo tiene engañado.
Bendiciones
Pastor Eduardo Laguna