VICTORIOSOS

Mateo 4:3 y 4

Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

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En estos dos versículos podemos apreciar la diferencia del objetivo que tiene Dios para nuestras vidas con los del diablo.
Cuando somos trasladados al desierto, el diablo ya sabe que recibimos el Espíritu Santo y que Dios nos adoptó como sus hijos, pero de todas maneras sigue intentando que nos olvidemos de la vida espiritual y continuemos preocupandos por la carnal.
En ningún momento en la primera tentación, el diablo se acercó a Jesús manifestándole lo que estaba escrito, al contrario, el por más que ya decidimos seguir a Dios, intenta que ni sepamos de lo que el Señor nos dejó escrito en su palabra.
Sabe que tenemos poder, y muchas veces más de lo que nosotros mismos le creemos a Dios, por eso le dice a Jesús que convierta las piedras en pan. Quiere que utilicemos la autoridad de Hijo para seguir satisfaciendo los deseos de la carne y de esa manera tenernos engañados  hasta que el Padre celestial se enoje con nosotros y nos retire la adopción.
El espera el momento de una aflicción extrema en nuestras vidas, para tentarnos y confundirnos y sacarnos del plan de Dios.
Después de cuarenta días de ayuno y oración Jesús tuvo hambre y en ese momento lo tentó para que usara su poder para satisfacer la necesidad de su carne.
Hay muchos que vienen a la Iglesia a aprender las cosas que podemos hacer con el respaldo de Dios, pero solo para dar a la carne su satisfacción. Santiago dice: pedís, pero pedís mal para vuestros deleites. Oh, almas adulteras.
Hoy muchísimos creyentes saben el poder que hay en la oración, pero solo la ejercen para sus deseos personales, lejos de hacer lo que Dios pretende para sus vidas, porque escucharon la voz del diablo y le obedecieron.
Podemos ver en la respuesta de Jesús como debemos vivir los verdaderos hijos de Dios, lo primero que tenemos que saber que es lo que está escrito, cual es la voluntad del Padre celestial para cada uno de nosotros.
Si uno no sabe lo que Dios quiere, su vida va a estar llena de pecados, por más que este sentado en los bancos de la Iglesia por años.
Jesús no niega la necesidad de comer el pan, pero antes de alimentar la carne, debe estar alimentado el Espíritu.
El polvo va a volver al polvo, pero lo espiritual permanece para siempre.
Usted puede lograr grandes cosas para satisfacer su carne, dinero, propiedades, intelectualidad, una familia felíz, ser un gran deportista, etc. Pero, si todo eso no proviene de la vitalidad que le da el Espíritu por consumir la palabra de Dios, usted se va a  PERDER ETERNAMENTE.
Jesús nos enseña que para vencer al diablo y salir del desierto VICTORIOSOS, no importan las aflicciónes que tengamos que soportar en la carne, si nuestros Espíritus están nutridos, fuertes con su palabra, vamos a poder soportar todas las tentaciones, permanecer unidos y ser amados por Dios.
La vida carnal no tiene ningún sentido, si primero no se lo que está escrito para ALIMENTAR Y VIVIR DE ACUERDO A LA VIDA ESPIRITUAL, y de esa manera agradar al creador.
Cuando nuestra PRIORIDAD es el alimento espiritual, nuestra  PRIORIDAD es el Reino de lo Cielos, entonces venimos a la Iglesia a satisfacer las necesidades de Dios antes que las nuestras.
Bendiciones
Pastor Eduardo Laguna

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