11/6/2020

Pídeme, y te daré por herencia las naciones,Y como posesión tuya los confines de la tierra.
Salmos 2:8 ❤️

Bendecido día amados, este versículo lo esclarece todo, el Señor da en base a lo que se le pide, aunque el es todopoderoso, te permite tener hasta donde tu le puedes creer.

El otro día, comencé el mensaje hablando del sembrador que sembró buena semilla en su campo, pero cuando los hombres se durmieron, vino su enemigo y sembró cizaña.

Meditando en lo que dice esta parábola, podemos apreciar que la semilla sembrada por el dueño del campo no pudo penetrar, por lo tanto, quedo solamente tirada sobre la tierra.

¿Como me doy cuenta?

Por dos cosas muy importantes.

Primero
Dice que los hombres se durmieron, y eso significa que no tienen nada porque esperar.

Cuando la semilla penetra en la tierra, uno está ansioso esperando que de su resultado, por lo tanto, está velando y la está protegiendo hasta cosechar el fruto.

Los que se duermen son aquellos que no dejaron que ninguna palabra de Dios entrara en sus corazones para que los movilice.

Cualquier semilla de su palabra, es tan grandiosa, que nadie que la tenga en su corazón se puede quedar dormido.

Segundo
Está más que claro, que si vino su enemigo y pudo sembrar la cizaña, queda en evidencia que en ese lugar no había nada sembrado.

No se puede poner dos semillas en un mismo lugar, es imposible, si hay una sembrada, no queda espacio para poner otra.

No se puede decir blanco y negro a la misma vez, o dice una cosa o dice la otra.

Es por este motivo, que el enemigo pudo poner su semilla destructiva, no estaba plantada la semilla de Dios, y los hombres se durmieron.

Una vez más les digo: El sueño viene, uando no hay nada plantado, no hay nada porque esperar.

Con la oración pasa algo similar, ninguno va a pedir por algo que no cree que va a suceder, si no tiene la semilla de la palabra de Jesús en el corazón, nadie puede ser movilizalo a obrar en favor del fruto.

Dice la escritura: Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

La fe no admite el sueño, siempre está velando.

Pastor Eliseo Laguna

Comparte el artículo

Email
Facebook
Twitter
WhatsApp

Iglesia Siglo XXI - Montevideo - 2020 - © Copyright