15/5/2020

Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.
Mateo 15:32 ❤

Bendecida tarde amados, es notorio lo que dice la escritura, que en los últimos tiempos la maldad aumentará.

Y lo que nos relata este versículo, nos revela que esa maldad se ha metido en la misma iglesia.

En la época en que Señor se presentó y vivió entre los hombres haciéndose igual a nosotros, las personas tenían tanta hambre y sed de Dios, que podían perder la noción del tiempo y de las necesidades de la carne por escuchar a Jesús y satisfacer el espíritu.

Estaban tan satisfechas que no se percataron que hacía tres días que estaban sin comer, fue el mismo Jesús el que tuvo compasión de ellas y decidió alimentarlas.

Pero hoy en día pasa todo lo contrario, las personas aún dentro de la iglesia están tan afanadas por el que comerán, beberán y vestirán que prácticamente se les tiene que rogar para que no falten por lo menos los días básicos de reuniones.

Y lo más triste de todo, que en la historia de la iglesia, nunca se vio una tan emprobrecida y miserable con el Señor como la de esta época.

Que tremenda contradicción, pero sin duda todo esto tiene que ver con el aumento de la maldad del hombre en su relación con Dios, se auto engañan creyendose cristianos, pero viven enseguecidos por satisfacer los deseos de la carne.

Lo más interesante de este gran hecho real, es que nos demuestra que cuando los seguidores de Jesús menos están preocupados por los deseos de la carne, es el mismo Dios el que desea sustentarlos.

En este momento, Jesucristo no solamente hizo un milagro maravilloso para alimentar a la gran multitud que hacía tres días que lo seguía, sino que también permitió que sobraran panes para después.

La maldad está haciendo que la fe se vaya desvaneciendo y el dicho de Jesús, de que primero debemos poner el reino de los cielos y su justicia y que las demás cosas vendrán por añadidura, se va perdiendo.

Pero los que mantienen sus ojos puestos en Jesús, buscando desesperadamente alimentar el espíritu, seguirán viviendo de la misericordia de Dios, continuarán experimentando los milagros y nada les faltará.

Pastor Eliseo Laguna

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