Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
1 Timoteo 2:9-10 ❤
Bendecido tarde amados, tristemente se a perdido bastante el protocolo de como las personas deben concurrir vestidas a la iglesia, especialmente las mujeres.
En muchos casos sabemos que de acuerdo al evento que vamos a participar, necesitamos vestirnos con la ropa acorde a la ocasión, porque sino el portero puede negarnos el ingreso.
Para ir a un casamiento o a un cumpleaños de quince, generalmente las personas eligen en su placard lo más lindo y elegante que tienen.
Cuando somos invitados a participar de una actividad deportiva, también necesitamos ponernos una indumentaria acorde para participar del juego.
Si tenemos la posibilidad de ser partícipes de una reunión donde va a estar presente el presidente de la nación o alguna otra persona distinguida, los hombres generalmente eligimos nuestro mejor traje y las mujeres eligen sus mejores prendas.
Si en todos esos eventos nos esforzamos por ir vestidos de la mejor manera posible o tener la indumentaria mas correcta para la ocasión, ¿cuánto más deberíamos elegir la mejor ropa y la más decorosa para presentarnos en la iglesia delante de un Dios santo?
En especial las mujeres, se deben cuidar mucho para ir a la iglesia, siendo precavidas con los escotes y las musculosas en los días calurosos.
También no ponerse pantalones apretados que no les permiten meter ni una sola moneda en el bolsillo.
Y mucho menos participar con calzas extra apretadas, a no ser que arriba se coloquen remeras o blusas que les tapen las nalgas.
Los hombres también, en esta época de verano, tienen que tener muchísimo cuidado y respeto por el creador y no participar de las reuniones como si fueran a la playa.
Todo suma cuando se trata de conquistar el corazón de Jesús. El Señor es muy caballero y por lo tanto se merece nuestro mayor respeto.
Pastor Eliseo Laguna