Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Juan 17:19 ❤️
Bendecida noche amados, en este versículo, Jesús nos da la clave de un verdadero líder espiritual que ama a sus seguidores, la mayor preocupación que tiene es la de santificarse.
Como somos seres programables, que necesitamos de información constante para crecer, el Señor sabía que los discípulos no podían superar el estado espiritual que el tuviera, nadie le puede brindar a otro lo que el mismo no tiene.
La única forma de que esto pueda suceder, es por causa de que el que está debajo de su liderazgo no este satisfecho con la enseñanza y entonces busque a otro líder que le indique el camino.
O también, puede ser que por la insatisfacción espiritual que le provoca su mentor, busque directamente a Dios para que lo guíe.
Pero si ocurre esto último, es porque el Señor se enojo con el líder ineficiente y quiere que su obra siga adelante porque ya tiene un propósito divino.
Un ejemplo de esta situación la vemos con los comportamientos del Rey Saúl y de David, como a pesar de que era su subordinado, Dios lo trataba directamente.
Pero nadie puede superar a su líder si no hay alguna influencia extraordinaria externa, el ser humano depende totalmente de la información que consume.
Jesús no quería ser una tapa para sus seguidores, por lo tanto sabía de la necesidad de estar en una intima relación con su Padre para no ocasionarle limitaciones a sus discípulos.
Es en esa actitud de superación, donde se puede apreciar el amor que tiene un líder, los que tienen cargos eclesiásticos y no tienen esa inquietud en el corazón, demuestran su falta de amor por Jesús y por el prójimo.
Jesús sabía que necesitaba ese crecimiento personal para el buen desarrollo de sus discípulos y de la manifestación del reino de su Padre en la tierra.
Pastor Eliseo Laguna