Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
Génesis 5:21-24 ❤
Bendecido día amados, parece que Enoc por sesenta y cinco años intentó satisfacer sus necesidades humanas con todas las cosas buenas que Dios había creado, pero no logró sentirse plenamente feliz.
Después engendró a un hijo llamado Matusalén, pero por lo que nos dice la escritura la aparición de este hijo tampoco logró satisfacerlo completamente y a partir de ese nacimiento comenzó a caminar junto a Dios.
Aparentemente después de haber tomado la sabia decisión de comenzar a caminar junto con Dios todos los dias de su vida, Enoc comenzó a colmarse de Placer.
Todas las codas materiales y físicas que poseía antes de tomar la decisión sabia de caminar con Dios, ninguna le podía llenar el vació espiritual que sentía internamente, pero cuando comenzó a relacionarse con Dios intensamente, parece que todo lo demás, lo material y lo físico, tomó otra relevancia en su vida.
Durante el transcurso de trecientos años de caminar con Dios engendró más hijos e hijas.
Era tan intenso el deseo de Enoc de estar aferrado primeramente a Dios, que un dia desapareció, se lo llevo el Señor obrando de una forma muy particular con él, porque lo libró de la muerte física.
Pareciera como que la muerte también juega un papel muy relevante en nosotros para demostrarle a Dios que lo amamos.
Hay muchos que ante ella, aunque se comportaron como buenos creyentes, en ese momento de prueba extrema, la fe les falla y lo niegan.
Pero el anhelo con que Enoc le demostraba a Dios de querer estar junto a él y que no había nada más importante para su vida que esa relación íntima, hizo que el Señor se lo arrebatara.
Dios sabia que la pasión de Enoc por estar a su lado diariamente, le podía hacer superar cualquier obstáculo.
Y hoy, yo pienso, que triste relación tendria con mis padres, con mi esposa, con mis hijos, con mis amigos y compañeros de trabajo si Jesús no estuviera gobernando mi vida.
Que miedo me daria llegar ante la muerte si no tuviera la certeza de que mi Padre celestial me está esperando del otro lado.
Toda mi vida sufrió un cambio radical cuando comencé a caminar con Jesús, ahora sí, todo tiene sentido, todo me causa placer, porque Jesús está conmigo.
Te recomiendo que comiences a caminar con Jesús para que encuentres los placeres de la vida y un día seas arrebatado para ir a vivir eternamente a su reino.
Como dicen mis hermanos paraguayos, Rojaijú, te amo.
Pastor Eliseo Laguna