El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
Hechos 9:15 ❤️
Bendecido día amados, que mayor alegría puede haber para un ser humano que ser escogido por el Señor para llevar adelante su propósito divino.
¿Acaso no habría seguidores de Jesús para llevar adelante su obra? ¿Era necesario que llamara a Saulo para que se encargara de gentiles, de reyes y de los hijos de Israel?
La respuesta es si, fue sumamente necesario, llega un momento que al Señor le da asco tener que llevar una obra tan gloriosa como la de salvar las almas con gente tibia, sin pasión, sin amor.
Es triste que hoy en día, llegando casi al final del regreso de Jesucristo, que tenemos el antiguo y el nuevo testamento para ver y oír que nuestro Dios no cambia, que el permanece haciendo milagros, señales y prodigios asombrosos, que se le tenga que pedir aún a la mayoría de los miembros casi con ruegos que no falten a las reuniones, que mediten, que oren, que diezmen y que evangelicen.
Una vergüenza, y cuanto más, cuando este requerimiento se le hace a los que tienen nombramientos eclesiásticos.
Pero siempre los malos están presentes para permitir que se destaquen los buenos.
Tenemos a la mujer que derramo con todo su corazón su perfume sobre el Señor Jesús, y Judas Iscariote, que era ladrón, minimizó la grandeza de nuestro Dios diciendo: Que hubiese sido mejor si lo hubieran vendido en trescientos denarios y le hubieran entregado recursos a los pobres.
Como el Señor, desoués que el traidor habló, exaltó a esta mujer, diciendo que lo que ella hizo debe ser recordado por todas las generaciones.
Si alguno es requerido por el Señor para hacer más de lo que se le encomendó en un principio, debe regocijarse, por tener el privilegio de que Jesús lo tenga en cuenta en estos momentos tan decadentes del evangelio.
Deprimente es, cuando nunca estas en el corazón de Dios para que te llame, teniendo años calentando bancos en el templo y peor aún, si está pensando en sacarte del lugar que te había asignado.
¿Cuánto corazones desearán decirle al Señor, envíame a mí?
Pastor Eliseo Laguna