13/1/2021

Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
Romanos 14:7 ❤️

Bendecido día amados, que engañadas están las personas que piensan que son ellas las que eligen la forma en que están viviendo.

El apóstol Pablo, cuando recibió el evangelio se reconoció como un ser despreciable y declaró: Miserable de mí, ¿quien me librara de este cuerpo de muerte?

Esto lo confesó, cuando se dio cuenta que durante toda su vida, por ignorar que era un ser programado, el diablo lo había utilizado para desafiar y ofender al creador.

Nadie o ninguno como dice el versículo vive para si, cada uno tiene que escoger si se va a dejar controlar por Dios o por Satanás, no hay otra alternativa.

Pero, según a quien se le cedió el cuerpo durante el trayecto por este mundo, continuará teniendo el control después de la muerte.

Ninguno vive para sí, y tampoco muere para sí, todos somos mayordomos por los siglos de los siglos.

Solo que aquellos que vivieron para servir a Satanás, después de la muerte, lo seguirán sirviendo en el lago de fuego, con sufrimientos y lamentos por toda la eternidad.

Mientras que los que le cedieron el cuerpo a Jesús y vivieron para servirlo, continuarán haciéndo lo mismo, pero eternamente en el Reino majestuoso de su Padre.

Si cada uno seriamente se analiza de la forma en que vive, puede darse cuenta que sus gestos, palabras, acciones y costumbres, son por la cercanía a alguien que se las enseño, sea para bien o sea para mal.

Ninguno puede siquiera mover un solo dedo, sin antes haber tenido una influencia externa.

¿A quien sirves y a quien servirás por toda tu eternidad?

Pastor Eliseo Laguna

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