no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Hebreos 10:25 ❤
Bendecido día amados, es sumamente importante entender este versículo que está directamente relacionado con el tiempo que estamos viviendo.
¿Cuál es el día que se acerca?
El de la venida de nuestro Señor Jesucristo.
La astucia de la serpiente pudo tentar y hacer caer a Adan, el hombre más afortunado del mundo, al cual el Señor le había creado un huerto especialmente para él con condiciones magníficas, pero el diablo lo derribó, y le hizo perder la presencia de Dios.
Nuevamente el diablo con su astucia, no está usando una serpiente para engañar (las serpientes no hablan) ahora está usando un virus para tentar (los virus no matan, lo que mata es el pecado) y muchos cayeron en el hechizo de obedecer al mundo, antes que a Dios.
Dios, en su palabra, nos dice claramente, que en el tiempo que se acerca aquel día, refiriéndose al regreso de Jesús, no debemos de dejar de congregarnos, y si alguien lo hace, manda que lo exhortemos, para que se arrepienta y escape de ese error fatal.
La astucia de la serpiente, con este engaño y las directivas que se van tomando, basadas en hombres que no tienen el Espíritu Santo para tomar las decisiones correctas y solucionarlo, como ocurre con la mayoría de los presidentes, científicos y virologos, están matando la costumbre de congregarse que deben tener todos los creyentes.
Tiene al mundo evangelico engañado, trasmitiendo mensajes on line sin darse cuenta que Dios no bendice desobediencias y que si el no abre el entendimiento de los oyentes, cualquier sermón por más hermoso y poderoso que sea, son palabras huecas.
Cuando el diablo quita la costumbre de congregarse, corta la relación con el creador, hace que el espíritu nuevamente se muera y el alma se pierda.
El perro vuelve a su vómito y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Cuando los miembros dejan de congregarse, no meditan en la palabra, no oran como deben, se roban los diezmos, dejan sus responsabilidades ministeriales y se termina el evangelismo.
¿A que lleva la costumbre de no congregarse?
A matar el espíritu y que el alma vuelva a pecar.
Me gustaría saber ¿que hacen en sus casas todo el día, todos los cristianos que antes de este virus tenían la costumbre de congregarse?
Una pregunta a los líderes espirituales.
La hago con mucho respeto, para que reflexionen:
¿cuántos miembros tenías en la congregación antes del virus? y ¿cuántos están conectados en el horario que pasas el mensaje on line?
El diablo tiene una gran astucia para tentar y de esa manera robar, matar y destruir, pero el hijo de Dios siempre sabía lo que ESTABA EN LA ESCRITURA, para responderle ESCRITO ESTÁ.
Pastor Eliseo Laguna