Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.
1 Samuel 1:14-15 ❤
Bendecido día amados, estos versículos revelan como hay personas con corazones extraordinarios y como son bendecidas por el Señor.
Una mujer llamada Ana, se encuentra desesperada clamando delante de Dios en su corazón, pidiéndole que le permita tener un hijo.
El sacerdote, su pastor, cuando la ve, por los movimientos de desesperación que hacía con su cuerpo, pensó que estaba ebria y le reprochó su actitud desagradable en el templo.
El le dijo : ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.
Pero el comportamiento de Ana, ante el tremendo error cometido por el sacerdote, manifestó un comportamiento tan excelente y educado que el Señor después de este encuentro, le concedió su petición tan esperada.
Por medio del mismo sacerdote que se equivocó, Dios le uso la boca para anunciarle que su pedido de oración le era concedido. Y tuvo al gran profeta Samuel.
Este relato es impactante y tiene una gran enseñanza. ¿Cuál es nuestro comportamiento con aquellas autoridades que tenemos, cuando descubrimos en ellos una equivocación?
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El Señor prueba nuestros corazones, y muchas respuestas a nuestras oraciones, están sujetas al respeto que debemos tener por nuestras autoridades.
A veces el Señor permite sus equivocaciones para descubrir nuestros corazones.
El amor no cambia ante un error, el amor lo espera, lo cree y lo soporta todo.
Debemos permanecer amando a nuestros líderes a pesar de los errores que puedan cometer, todos podemos equivocarnos, pero no todos desgraciadamente podemos tener corazones como el de Ana.
El amor por Jesús mantiene la unidad, a pesar de cualquier circunstancia adversa.
Pastor Eliseo Laguna