El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
Hechos 9:5 ❤️
Bendecido día amados, la pregunta que hoy les quiero hacer es la siguiente: ¿Qué están haciendo con la presencia de Dios?
Saulo de Tarso, que luego de su encuentro con Jesús fue llamado Pablo, mientras no tenía su íntima comunión con Dios, perseguía insistentemente a los que se confesaban sus seguidores.
Lo interesante, es que el apóstol Pablo no se dedicaba a perseguir solamente a los líderes de las congregaciones, el estaba detrás de cualquier persona que tuviera una intimidad con el Hijo de Dios, para encarcelarlo o matarlo, y cuando Jesús se la apareció en su camino a Damasco le dijo: Yo soy Jesús a quien tú persigues.
Pero Pablo no estaba persiguiendo físicamente a Jesús, sino a todos aquellos que lo confesaban como su salvador y el Señor cuando se aparece delante de él le pregunta: Saulo, Saulo, ¿Porque me persigues? como si el acoso fuera a él mismo.
Entonces quiere decir que el Señor Jesús no está y se manifiesta solamente en las autoridades de las iglesias, sino que el está y actúa en cada fiel que lo busca de corazón.
Por eso mi pregunta inicial, y ahora te lo pregunto personalmente, ¿Que estás haciendo con Jesús? ¿Eres digno de ser perseguido por los Saulos de Tarso? ¿Permites que Dios se manifieste en tu vida, de tal manera que te quieren hacer daño por haberlo confesado como tu Señor?
¿O eres de los que se confiesan cristianos, pero el único que está detrás de ti es el pecado, porque sabe que eres una presa fácil?
¿Lo tienes a Jesús mintiendo, robando, drogadose, fornicando, emborrachandose, con odio, con ira, con celo, con envidia, o enfermo? ¿cómo lo tienes a Jesús? ¿De que manera dejas que se exprese?
¿Puede el sentirse orgulloso de ti, como para que se le aparezca a tu agresor y le diga: Porque me persigues?.
¿Que estás haciendo con Jesús?
Eso es lo que va a determinar si va a salir en tu defensa o dejará que el diablo se siga encargándo de tu vida.
Tu respeto por su presencia, es lo que va a permitir que tus peores agresores caigan rendidos a sus pies.
Pastor Eliseo Laguna